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ENTRE LIRIOS

Escrito por Pablo Valhondo. Posted in Padre Pacífico

Entre lirios
 
A José Manuel Díez Hernández
 
 Tu presencia es creadora:
Encontré mi nombre entre lirios,
hechura de tus manos,
sentí el calor del verano
que llegaba entre tus versos.
 
Tú eres el manantial
del agua del universo, 
la acequia que riega el huerto
y vistes de verde el campo
con blonda de seda roja.
 

Sólo el amor sobreabunda
en hijos que callejean
y hacen frente a la marea
de los vientos del Oeste.
 
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El hombre del parque...

Escrito por Pablo Valhondo. Posted in Padre Pacífico

Sé que me aprecian por mi manera de anclarme en el tiempo. Pasé de ser niño a ser abuelo; de montar en un caballo hecho de un palo, a ser caballo de carga dejándoles subir a todos.

También sé que las montañas, sin que ellas se den cuenta, llevan en su interior veneros de agua silenciosa, que sólo la escuchan los que tienen despierto el sentido del ritmo y de lo bello.

Si algo he influido, al igual que sucede con la montaña, el mérito no es mío, sino de quien pasó a mi lado, al escuchar y ver, se paró y se quedó a mi vera. Ellos por separado son arroyos que al encontrarse forman río.

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Una Pacífica Metáfora

Escrito por Pablo Valhondo. Posted in Padre Pacífico

Encina Campamento
Érase una vez un hombre que plantó un árbol, pequeño y fragil casi como era él, pero eso si, se buscó una buena tierra para plantarlo y no quiso ponerle vallas ni tapias ni alambradas: el arbolito si crecía tenia que ser con toda libertad y a la vista de mucha gente, de todos los que quisieran mirar hacia él.
El árbol poco a poco empezó a crecer y el hombre se sentía a gusto, y por eso un día dejó a sus padres y hermanos y dedicó todo su tiempo a sus cuidados.
 
Un buen día al árbol le salió la primera hoja y al lado de la hoja el primer fruto.  El hombre esperó impaciente a que el fruto madurase, esperó y esperó y al fin el fruto estuvo a punto, pero una vez que lo tuvo tan cerca para poder saborearlo y viendo que era tan bueno para él, quiso que otros también lo probaran y llamó a unos niños que por allí pasaban y se lo dio a probar y todos salieron contentos porque a todos les habia gustado el fruto del árbol de aquel hombre.